Dejo aquí algunos fragmentos, como si de imágenes se tratase, del exelente articulo de Ernesto Seman, escrito desde Nueva York, aparecido en Pagina/12 hoy domingo.
En pocas palabras, el artículo está estructrado diariamente según lo sucedido en la última semana en Estados Unidos luego del anuncio de la captura y muerte de Bin Laden; y constituye una muestra inmejorable del complejo, heterogéneo, ambiguo y contradictorio dispositivo mediante el cual hoy y siempre se han construído unas imagenes cada vez menos inocentes.
-¿Festejaron todos en Estados Unidos? Ni remotamente. Festejaron muchos,
millones de chicos veinteañeros que pasaron la última década de guerra
consumiendo y endeudándose, y que descargaron emociones tan disímiles
como inclasificables. En el país de las opciones, lo que padece el
público es carencia de lenguaje, de una forma de expresar ambivalencia,
pudor, dolor por lo perdido durante esta década que empezó y terminó con
Bin Laden. Aprisionados entre el festejo y el repudio.
-El de Obama es el enésimo intento por hallar en la victoria bélica la
posición masculina y dominante que legitime su cargo, porque el jefe de
Estado, la figura única que se impone activa sobre una masa, sólo se
sostiene sobre la narración del macho vencedor (y que una presidenta
mujer legitime su autoridad en la sumisión de sus hombres sólo confirma
el imaginario falócrata del cargo). Las sociedades son machocéntricas en
su naturaleza, pero el consumo las nutre y la nación las instituye. Por
lo que pueda cifrarse en el nombre, que la operación contra Bin Laden
se haya llamado Gerónimo (por el líder apache que peleó contra los
Estados Unidos y México durante la segunda mitad del siglo XIX) revela
el carácter atávico de la batalla, su continuidad ancestral. Desde la
jefatura, no hay margen para aceptar la sobrevivencia de El Otro Hombre
sin quedar femeninamente disminuido. Es “¡Maten, carajo!” o “¡Eh, no
maten a un general!” Santos Pérez o Facundo, pero siempre Barranca Yaco.
-La celebración ha sido la opción al alcance de la mano de millones de
norteamericanos, una fiesta retratada y reproducida por los medios.
-La referencia inmediata que viene a la cabeza es La fiesta de todos, la
película dirigida por Sergio Renán en 1979 para revivir los festejos del
mundial de fútbol que organizó y ganó Argentina el año anterior. Lo
peor de aquella película (fuera de su calidad) es la diabólica veracidad
de su título, la certeza de que aquellos goles eran celebrados entre
quienes defendían a la dictadura, entre quienes no tenían el menor
interés por los usos del mundial, entre quienes buscaban algo para
festejar, pero también en los sótanos de los campos de concentración
donde las víctimas buscaban saber cómo iba el partido, en las familias
que salieron de su clandestinidad por un par de horas para festejar en
la calle la clasificación a la final. El que no salta es un holandés.
Era la fiesta de todos, lo que no significa que todos hubieran querido
la misma fiesta.
-Lo de Estados Unidos fue aún peor en su perversión, en la calidad
opresiva de su presentación, en la ignorancia con la que la mayoría
parece vivir el rápido achicamiento de sus opciones(...) Al menos en Argentina nadie en su sano juicio creía estar viviendo en libertad.
-(...) el triunfo sobre Al Qaida es una cucarda de plomo, que desconoce una
lectura atenta de los diarios, porque lo que cambió con la ejecución de
Bin Laden no es el resultado de una elección que probablemente Obama ya
tenía ganada, sino el precio que deberá pagar por ella. Mucho antes de
que el comando de élite se posara en Abbotabbad, el resultado del 2012
estaba jugado en una multitud de otras variables: una crisis económica
que perdura pero de forma atemperdada, la desoncertante facilidad con la
que la sociedad parece aceptar un nuevo statu quo de movilidad social
descendente, el enorme peso que Obama sigue teniendo como jefe de Estado
y, sobre todo, la dificultad del Partido Republicano por alinear un
líder, un discurso y una base social que le hagan frente.
Sábado
-Por la noche en Williamsburg, la zona copada desde hace décadas por
jóvenes del interior y del exterior que vienen a realizar su sueño de
vivir en Nueva York, generosamente financiado. La fiesta ha sido
promocionada durante el día en Facebook. “Osama Bin Gotten,” algo así
como “Osama fue atrapado”. Se esperan unas cincuenta personas, todas
preadolescentes cuando Al Qaida irrumpió en sus vidas. “¡Vengan a la
primera fiesta del 2011! Y qué mejor que dedicar nuestra primera fiesta a
cerrar el capítulo de Osama bin Laden.” Es una de las tantas fiestas
posibles en la ciudad.
Para quienes deseen leerlo integramente aqui dejo el link:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-167765-2011-05-08.html
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