"Nada de fotos bonitas, de imagenes bonitas. Solo imagenes y fotos necesarias" Robert Bresson

"Nada de fotos bonitas, de imagenes bonitas. Solo imagenes y fotos necesarias"
Robert Bresson

viernes, 8 de octubre de 2010

Las unidades sensibles. Exposición fotográfica.

Compulsión de luz

Las fotografías que componen esta presentación fueron tomadas en dos viajes sucesivos (septiembre de 2009 y marzo de 2010) a la ciudad de Lisboa.

Su motivación era tanto la aproximación a un lugar geográfico desconocido, con su realidad (¿objetiva?) particular, como la confrontación con esa especie de mito que suele envolver a ciertos lugares y que de alguna manera nos permite atribuirle unas características cuando aún no hemos estado allí.
 
Castillo de San Jorge
 
Rua Áurea
 
El tajo
 
Puente 25 de abril
 
Cristo Rei
 
Plaza Don Pedro

Camino de bosque (Sintra)

Rua Augusta

"La posibilidad de un puente" (Plaza del comercio y tajo desde el Castillo de San Jorge)

  Elevador de Santa Justa

Parque Eduardo VII. Plaza Marques de Pombal

Cais do Sodré

De esta manera, estaban ahí – sin proponérmelo y casi como un juego de heterónimos pessaonos- varias Lisboas: la leída, la imaginada, la mítica; la oída, la vista a través de la bruma, la luminosa; la Lisboa esplendorosa, la sacudida e incendiada, la renaciente; la Lisboa decadente, la turístca, la bohemia, la oculta, la bucólica, la siempre saudosa, y sobre todo la paradójica Lisboa.


Pescador


El ciclista duplicado

El pájaro depresivo

Espejo

Callejuela

Obras

Barcometraje

Parte del aire o Belleza lisboeta

Tampoco hay pretension técnica, ni mensaje alguno en esta serie de imágenes. Toda fotografía tiene más sinceridad y horror que cualquier mensaje pro o contra lo que fuere. Este recorrido sólo tuvo -como ya lo quería Bernardo Soares en su "Libro del desasosiego" (libro fotográfico si los hay)-
"la renuncia por modo y la contemplación por destino"

La "renuncia" a cualquier estructura narrativa por un lado, pues cada foto se ¡basta! a sí mísma; ese es su íntimo desasosiego. Y la asunción de la "contemplación" por otro, como destino esencial de la fotografía.

"Comprender es un navío a lo lejos". Fernando Pessoa.

De la misma manera como no hay una traducción exacta, literal para SAUDADE -la palabra que mejor define a Lisboa y a través de la cual cualquier profano puede ufanarse de haberla sentido como un lisboeta- tampoco he pretendido forzar una traducción desde ese dispositivo naturalmente objetivo y mecánico que es la fotografia a registro artístico o poético alguno. Repito, por si hiciese falta: "la renuncia por modo y la contemplación por destino".

Saudade hace refrencia a una especie de estado de ánimo, del alma. Se le asocian generalente la melancolía, cierta tristeza o nostalgia, pero no termina de ser ninguna de ellas completamente y de alguna manera es todas a una vez.

"No se cómo hallar triste un crepúsculo". Alberto Caeiro

 Por todo esto, el verdadero contexto de cada una de las fotografías, como de toda fotografía (considerándola de manera esencial) no ha sido otro que la realidad lumínica particular y objetiva que el dispositivo fotográfico documentó. Estas son "Las unidades sensibles", fotografías que no añaden, ni quitan nada a Lisboa ni a la realidad. Mucho menos la interpretan. Apenas si la observan con ese enorme abismo entre vernos y entendernos de por medio, en esa dialéctica de la distancia que toda fotografía establece de forma determinante, esa interrupción; pero siempre como lo quería el gran poeta portugués: sin ningún sentimentalismo.

Dialéctica de la distancia

Y cabría decir que no sólo es la evocación certera e inequívoca de aquel instante lumínico particular y objetivo, esencial, lejos de toda interpretación, retórica o mensaje en el sentido técnico, sino incluso su apología (toda fotografía es por naturaleza evocativa y apologista) evidencia de una realidad concreta en principio, pero también (y conjuntamente) de cada una de esas "pequeñas realidades o unidades" suceptibles de REALIZARSE donde parte "y" todo ya no se debaten ni se anulan entre sí en pos de una supremacía.

"El Ambiente es el alma de las cosas. Cada cosa tiene una expresión propia. Y esa expresión le viene de fuera (…) Este ocaso es comenzar a faltar la luz del sol en esta latitud y longitud"
(Bernardo Soares, "Libro del desasosiego" fragmento 58.)

Tristezas de un imperio y materialización de la luz

No hay mucho más que decir. ¿El aspecto sociológico, histórico, artistico de la fotografia? Pelotudeces al cubo. Solo hay un aspecto en fotografÍa, y ese es el aspecto "lumínico".
Hay luz, "y" (sobre todo "y") no luz. Después hay fotografía de autor: charlatanería más o menos documentada, más acá o más allá del clasicismo o las vanguardias; culos verborrágicos con pretenciones de bocas exquisitas; sistemas digestivos que elaboran mierda teorizada; derechos y propiedad intelectual con marcas de agua como en todos los billetes del mundo; conversiones de formato pdf a tiff sin pérdida; una especie de dios particular que en cada encuandre nos guiña un ojo. ¡Por dios!

"No ha nacido quien baile esta tristeza"





Lisboa: "Quién pudiera encontrate como algo hecho por mí"


Texto y fotos: Ulises







Arder

"Mojarse", se dice habitualmente para expresar compromiso, por adhesión o no a una determinada causa o situación. Pero él viene pensando desde hace unos días en su variante particular: "Arder", que también se parece a esa otra expresión popular: "Quemarse".


Esta mañana, vía internet, llegaron noticias del otro lado del atlántico. Mientras comían en familia, Lautaro anunció -no sin cierta vehemencia (una cualidad que no sólo se corresponde con la intensidad de su nombre, sino también con su edad: tiene 5 años) y a viva voz: 
                                 " A mi me gusta más el fuego que el amor"  


Texto: Ulises y Lautaro.
Foto: Ulises...y Lautaro.