Vuelvo a estar donde alguna vez estuve, y como cada vez, es engañoso este lugar de la espiral:
Otra vez la lucidez de ver crecer la luz sobre las cosas pero no las cosas;
Molestándole al crepusculo del mundo las cosas del mundo a la hora del crepusculo;
Llevando...ay, fulgores al extremo de su desaparición.
En fin... el fin.
Texto y foto: Ulises; Madrid, esta tarde.
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